viernes, 11 de noviembre de 2011

Youssef






Si en el 2000 el gobierno libanés tenía previsto hacer 10 presas, y en el 2011 sólo hay una hecha, como vamos a tomar en serio que tengan un superplan para hacer 54 en 20 años?

Lo sé, os interesan un colín las presas en el Líbano. A mi hasta hace poco también, pero  ahora mismo es lo principal de mi trabajo, porque tengo que hacer un informe sobre la situación de éstas en el país, con vistas a la posible introducción de empresas españolas para su construcción. Así es que el otro día me dirigí a la Libanese University, una de las muchas universidades de Beirut,  para hablar con Youssef,  un profesor de ingeniería, especialista en presas (en la foto en uno de sus proyectos, el de camisa negra). Contacté con él por email, después de ver un trabajo suyo sobre un proyecto de presas en el río Al Zahrany, en el norte del Líbano.

El problema del agua en el Líbano no es algo que yo vea como etéreo, como un problema externo que sólo me incumbe en mis horas de trabajo. Me afecta en el día a día: en el mes de octubre estuve casi dos semanas sin agua en casa (por un problema largo de explicar que empezó con un grifo pasado de rosca echando agua a todo trapo), y aún ahora de vez  en cuando se va.
El otro día pude ver de qué va todo esto en el techo del edificio donde vivo. En la mayoría de casas, el agua se deposita en grandes depósitos en la azotea de los edificios. Un camión tanque viene de vez en cuando, suben un tubo hasta la azotea y meten agua en los depósitos vacíos. El pobre chaval que cogía el tubo desde la azotea tiene un trabajo que no desearía ni a mi peor enemigo, ni arneses ni barandillas ni nada, un resbalón y chao mundo. Ni que decir tengo que este agua no es potable.

De vez en cuando, entre camión y camión, te quedas sin agua. Todo esto, en el pais de Oriente Medio donde más llueve, pero que es incapaz de abastecer a su población, por culpa de un sistema deficiente de suministro. No hay casi embalses para la lluvia del invierno, ni para almacenar agua de los numerosos ríos, y casi todo se va al mar. Alguna otra la roba Israel, que ocupó durante años el sur del Líbano en parte para acceder al rio Litani y aún hoy hace de las suyas.

Y ahora anuncian un superplan de presas y más presas. Youssef me dice que son unos incompetentes, además de corruptos. Sabe de lo que habla, era asesor del ministerio, y se fue porque le pagaban una miseria. Ahora sólo hace proyectos,  luego los presenta públicamente, y presiona al gobierno en los medios para que los estudien y aprueben. Tenían buena pinta, pero aquí todo va muy lento, y además la corrupción es el deporte nacional número uno.

 El pobre Youssef se creía que yo era alguien importante en la embajada,  y me hablaba de viajar al sur él, el embajador y yo para ver las preciosas montañas donde se haría una de las presas, una excursión muy idílica. Tuve que bajarlo de la nube diciéndole que soy simplemente un becario que recopila info sobre presas en el Líbano. No, Youssef, no voy a ayudarte a sacar estos proyectos adelante, ni el embajador va a ocuparse de que hagan presas cerca de donde están situadas las tropas españolas en el Líbano. De hecho, al embajador seguramente no le importan mucho las presas en el Líbano, sino mas bien saber si después del 20-N va a tener que decir adiós a su magnífico puesto.

‘López –me decía- son todos unos corruptos. De cada financiación que viene de organismos internacionales se hacen unos chanchullos brutales, como regla. En Israel por ejemplo también hay corrupción, pero allí cuando te cogen te meten en la cárcel. Aquí no’. Y después me mostraba su faceta lúdico-festiva: ‘Ellos se dedican a coger dinero donde pueden, ¿para qué?, si todos vamos a morir, ¡disfrutemos la vida, la vida es maravillosa!’ Todo esto con cara de exaltado. Me parece muy bien, pero yo lo quería era dormir, una cama era lo único que me parecía maravilloso.  No había pegado ojo la noche anterior por los malditos mosquitos y eran las 5pm, ya de noche en esta época del año. Quería siesta. Y encima Youssef no me daba lo que quería, sólo me hablaba de lo bonita que es la vida. No quiero parecer un cínico, pero no veía que Youssef pudiese cambiar gran cosa. Claro que la vida es maravillosa, pero el dinero tira mucho a alguna gente, qué le vamos a hacer. Y además que esto no es España, aquí la gente tiene que ahorrar para no verse en la miseria cuando lo echen del curro o lo jubilen, así que el dinero tira bastante. Los occidentales que vienen por aquí y despotrican de la fijación de los libaneses por el dinero deberían pensar en esto, aquí no hay Estado de bienestar señores, cada cual se arregla como puede.

Ojo, nada malo tengo que decir de Youssef. Bajito, con el pelo largo encanado, me mostró desde el principio la ya largamente comprobada hospitalidad árabe, además del profundo desprecio hacia su gobierno y un entrañable amor por su país (y por la vida en general también). Además quedó en enviarme una lista traducida al inglés de los proyectos de presas, con lo cual le quedé muy agradecido.

Otro día os hablaré de los problemas con la electricidad, ahora me voy a tomar una ducha de broma, porque el agua se ha ido otra vez. Sería un final cojonudo del post, pero es que además es cierto. Ay.






3 comentarios:

  1. Me ha hecho gracia eso de que Youssef se pensaba que eras alguien importante en la embajada. Oye, que si después del 20N largan al que está ahí, ya puedes quedarte tu en el sitio, no? Para qué hacer gastos inútiles en mandar a un político para la embajada española, si tu ya estás ahi, que aún encima escribes un blog!!! Seguro que ya haces más!

    Saludos!!

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  2. Marcos creo q me tienen entre los futuribles para el puesto, sobre todo desde q abrí el blog xD
    un abrazo

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  3. jajajaja Diego a la embajada!

    ...dos semanas sin agua en casa? pufff, yo hace poco estuve una mañana sin agua caliente, me tuve que duchar a la vieja usanza, calentándola en una pota (como dicen por aquí) y ya me sentí frustrada, soy gilipollas!

    Que sepas que nos acordamos mucho de ti. Gracias por este blog.
    Un beso.

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